En un mundo donde la sostenibilidad se convierte cada vez más en una prioridad, Iberdrola ha dado un paso adelante en la democratización del acceso a la energía renovable con sus comunidades solares. Esta iniciativa permite que más de 100,000 hogares puedan disfrutar de los beneficios del autoconsumo sin necesidad de realizar inversiones ni de instalar paneles solares en sus propiedades. Pero, ¿qué significa realmente formar parte de una comunidad solar de Iberdrola?
Desde su lanzamiento en 2019, las comunidades solares han sido una solución innovadora para aquellos que viven en edificios en altura, donde más de dos tercios de la población española reside. La propuesta es sencilla: cualquier vecino que viva a menos de 2 kilómetros de una instalación solar puede acceder a energía 100% renovable de proximidad. Esto ha permitido que hoy en día más de tres millones de familias y empresas estén dentro del radio de acción de una comunidad solar de Iberdrola.
Los resultados son impresionantes. Tras más de un año de funcionamiento, las familias que se han adherido a estas comunidades han visto cómo su consumo eléctrico se reduce en un 25%, sin necesidad de haber realizado ningún desembolso inicial ni instalación complicada. Además, cada hogar participante contribuye a la reducción de 5 toneladas de CO2 durante la vida útil de la instalación, un impacto significativo en la lucha contra el cambio climático.
Compensación y beneficios adicionales: ahorro energético y remuneración por excedentes
Pero el ahorro no es el único beneficio. Al igual que los propietarios de paneles solares, los usuarios de comunidades solares pueden compensar los excedentes de energía generada. Esto se traduce en la posibilidad de inyectar la energía sobrante en la red y recibir una remuneración por ello, o bien, compensar ese excedente en las facturas futuras o en otras residencias a través del servicio Solar Cloud. Iberdrola no se detiene aquí. Con su mirada puesta en un futuro más sostenible, la compañía ya ha implementado varias “ciudades solares”, como en Cáceres y Huesca, donde todos los habitantes pueden sumarse a una comunidad solar y acceder al autoconsumo. La ambición de Iberdrola es clara: continuar expandiendo esta tecnología para cubrir el mayor número de localidades y facilitar el acceso a la energía verde a millones de personas.
Las comunidades solares de Iberdrola no solo representan un ahorro significativo en la factura de la luz, sino que también son una herramienta poderosa para la transición hacia un modelo energético más sostenible y accesible para todos. Un modelo que no requiere inversión inicial y que permite a los hogares y empresas contribuir activamente en la reducción de emisiones y en la generación de energía limpia. Sin duda, una iniciativa que está marcando el camino hacia un futuro más verde.
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